Cuando leía en los foros las increíbles historias de compañeras que recibían muñecas antiguas de familiares y amigos, de chollos impresionantes en mercadillos y rastros, o de hallazgos de setenteras en contenedores de basura, sentía un poco de envidia sana y pensaba por qué esas cosas a mí nunca me pasaban.
Pero un día me pasó.
Resulta que llevé a mi hija a la feria y después de subir al tiovivo le apeteció pescar patitos. Y cuando tuvo que elegir el premio, al mirar entre todos los blisters de plastiqueo que nos ofrecían con los puntos que tenía, me quedé sorprendida al ver escondido, colgado en un rincón, el maletín fin de semana de Nancy. ¡¡No me lo podía creer!!
Y como el que no quiere la cosa le pregunto al chico:
- ¿Y ese maletín?
- No, ese vale el doble de puntos.
- Ah, ¿y podemos hacer otra partida y sumar?
- Sí, claro.
Estupendo, dos partidas y adjudicado!!!
Pero todavía me sorprendí más cuando lo abro y veo que está completo, pijama, zapatillas y peine.
Está todo impecable.
La verdad es que es una experiencia increíble, me hizo mucha ilusión y espero que no sea la última.
La negri no ha tardado en llenarlo de bañadores para pasar el último fin de semana de agosto en la playa.